domingo, 27 de enero de 2013

Primer golpe. Policía Mayor de Gobierno


 
El alto mando policial encargado  hace una confidencia: «esto de los pasos es muy complicado, no hay precedentes, no sabemos de cuanta gente va a estar, le hemos pedido a cada hermandad un grupo de quince personas que se encargue de la seguridad del corralito y bueno, esto no deja de ser un asunto privado». Esto último es demagogia de las que apestan. El Vía Crucis del día 17 es tan privado como la cabalgata, un maratón o una manifestación. La confidencia sirve para situar el nivel de complejidad no ya física sino metafísica de la organización del acto. La Policía ha sido la que ha «recomendado» que los planes cerrados se volvieran a abrir para redactar un nuevo mapa de horarios e itinerarios con el fin de que no haya tres sino una sola entrada al perímetro del Vía Crucis. Dicen que así hay más control (y también menos personal). Pero se sienta un precedente peligroso. Si hasta el momento la comunión entre organizadores y fuerzas de seguridad había sido total, con esta «indicación» policial se descompensa el equilibrio. Manda la Policía. Los demás, por prudencia obedecen.  Las cofradías están molestas por esta manera de organizar las cosas. Algún hermano mayor lo expresó, con mayor o menor diplomacia en la reunión de urgencia convocada el pasado viernes. Ese día también quedó caro que no habrá posibilidad de que el público pasee por la Avenida para ver los pasos (alivio para el Gran Poder) porque al habilitarse solo una entrada al recinto y no tres, los cortejos llegarán mucho más tarde de lo previsto y no habrá tiempo material. Serán 200 las acreditaciones que reciba cada hermandad para que el acompañamiento y los invitados puedan entrar en sus respectivos recintos. Mañana se presenta el cartel de Daniel Puch.  Esperemos que a la Policía también le guste.

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