Difícilmente un paso puede andar mejor que el misterio de San Gonzalo este año en la Campana. El paso que marcó un estilo debería marcar una tendencia tras lo del lunes santo. Elegancia, discreción en los cambios y mesura. ¡Qué maravilla! Que aprendan otros: un paso no es una peonza. También de impresión el misterio de Jesús de la Victoria de la Paz, sobre todo yendo del Arquillo del Ayuntamiento a la Catedral, La Redención, El Carmen, La Sentencia o Montesión que este año se movió de manera prodigiosa. Especial mención merece el misterio de las Siete Palabras, en su estilo, puede considerarse como el que mejor se mueve.
Este año un saetero de Osuna, Manuel Cuevas, se ha destapado como un prodigio para este género tan herido. Cantó en la salida de la Paz y en la entrada en la Campana de la Macarena. Hacía muchas décadas que no se escuchaba una saeta tan impresionante.
En los palios, el de la Estrella (caídas de Rodríguez Ojeda y varales de Borrero) se meció tan bien como antes. La reforma de la parihuela de la Macarena se notó en la soltura del movimiento del palio. El Valle en los palcos fue de impresión y el de Montesión una maravilla.
En un tiempo en el que parece que se ponen más focos a la Semana Santa de capa que a la de ruan, entradas como la de Vera Cruz te acercan al alma de lo que estamos celebrando. Cuando las cosas se hacen porque son como son, es decir, sin artificios y sin imposturas, se nota. En esta hermandad es todo de verdad: el ambiente, el entorno, el recogimiento, la música, los cánticos y sobre todo la unción sagrada del Cristo de la Vera Cruz y la Virgen de las Tristezas.
Además de Pasión, hubo imágenes que se presentaron de manera excepcional: la Virgen de las Tristezas, como siempre, la Caridad del Baratillo, la Virgen de Regla, la Madre de Dios de la Palma, la de los Ángeles, la de las Lágrimas, la del Rosario, la Esperanza de Triana, la de las Angustias o la del Patrocinio.
La excelencia de las flores sigue siendo un año más patrimonio de la hermandad de Los Negritos que plantó bajo el Cristo de la Fundación un monte de jerberas granates obra de floristería grado. El color de los claveles del misterio de la Oración en el Huerto también fue muy comentado, o los palios del Carmen Doloroso, o la Virgen de las Lágrimas.
En la música la mayor luz la ha aportado una agrupación musical, la de la Redención, ejemplo de una inteligente combinación entre buenas interpretaciones y buen repertorio. La banda Esencia y el «big three» (Cigarreras, Tres Caídas y Centuria) continúan en su buena línea y de las bandas de música se percibe una magnífica calidad en casi todas aunque quizá se ha abusado de nuevas composiciones escasas de calidad.
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