Esta ha sido la mejor respuesta de los sevillanos y de aquellas personas que han acudido hasta la capital andaluza. Muchas de ellas atraídas por la devoción a las imágenes procesionales, eso es verdad. Pero todas dando una lección de fe al auténtico fondo y sentido de este acontecimiento histórico:el rezo de las catorce estaciones de Vía Crucis.
Sevilla, sus fieles, han sabido estar a la altura de un llamamiento tan importante no solo para la Iglesia hispalense, sino para la Iglesia en general. El arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo ha dado, tras concluir la oración final, las gracias a todos los organizadores y, en especial, al Consejo de Cofradías y a las hermandades «que prestaron y se prestaron» para trasladar sus imágenes. «No ha resultado conforme a nuestros planes pero nos acogemos a la voluntad de Dios» porque, en definitiva, «con gran piedad y fervor hemos acompañado al Señor en su camino al Calvario».
Cinco cabildos han votado no al traslado de las imágenes a la Catedral
Otro cantar es lo que ha acontecido hasta que a las seis de la tarde de la tarde dio comien el Vía Crucis de la Fe. A las diez de la mañana, primera reunión de los cargos generales del Consejo de Cofradías, los hermanos mayores participantes, el delegado diocesano para las Hermandades, Manuel Soria Campos. y un ténico de Aemet, quien les explicó la situación: probabilidad de lluvia alta pero débil.
Bajo esa premisa, y tras una reunión más larga de lo esperado, cada hermano mayor marcha a celebrar cabildo para decidir si se salía o no. También la consigna quedó clara desde el primer momento:si una hermandad decía no salir, ninguna lo haría. Ya antes de las primeras respuestas, el presidente del Consejo, Carlos Bourrellier, señalaba «igual se tienen que tomar unos riesgos que a lo mejor no se tomaban en otras circunstancias. Pero estamos en el Año de la Fe».
Palabras que no debieron ser escuchadas por los respectivos cabildos. Poco antes de las doce del mediodía llegaron los primeros resultados: San Gonzalo era la primera en decir no al traslado. Tras ella, Montserrat, Cachorro, Gran Poder y Santo Entierro. Cinco contra nueve. Pero ya quedaba suspendido el traslado de las imágenes.
Ya antes de tomarse la decisión, el hermano mayor de Montesión era partidario de que su paso saliese hasta la Plaza de los Carros y al menos paliar así no haber sido trasladado, cosa que no llegó a ocurrir.
Demora sin sentido
Pero la petición que creó más quebraderos de cabeza fue la de la Hermandad de los Dolores de Torreblanca, quien se ofrecía a llevar su paso de misterio a la Catedral para presidir el Vía Crucis por la tarde.
Lo que en principio debió tener una respuesta rápida conforme a lo acordado por todas y cada una de las hermandades, se fue demorando de tal manera que hasta un cuarto de hora antes de las dos de la tarde, todo parecía indicar que esta circunstancia sería posible.
En la iglesia de Santa Marina, todos se preparaban para ese traslado. Costaleros, hermanos con cirios, hermanos mayores de otras corporaciones de Vísperas... mientras, el Consejo trasladaba esta petición al arzobispo, quien dejaba todo en manos de su delegado diocesano para Hermandades, Manuel Soria Campos. Al final, no se autorizó ese traslado.
La decisión de no autorizar salir a Torreblanca ha sido de Manuel Soria
¿Por qué se tardó tanto en tomar la decisión? ¿De quién es la reponsabilidad de todo lo que se montó durante toda la mañana de ayer? Unos y otros se dejaban ir aunque Manuel Nieto, vicepresidente del Consejo y que acompañó en la presidencia a salida del paso de misterio a las puertas de Santa Marina, lo dijo alto y claro: «El delegado, señor Soria, ha decidido que no era oportuna esta salida. Él es quien ha tomado esta decisión».
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